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Leticia Riolfo | Fundación Itaú Uruguay Leticia Riolfo - Fundación ITAU — Institución educativa en Montevideo, Uruguay

Leticia Riolfo:
“Todos somos mediadores de lectura”

30/12/2017

Leticia Riolfo es educadora y especialista en formación en lectura y escritura en la primera infancia. Durante 2021, en el marco del programa Leé para un niño, llevó adelante como tutora el curso “La magia de ser mediador”, realizado por el Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación y Cultura junto a Fundación Itaú.

Desde su experiencia afirma que para poder ser mediador lo primero es “habitar la literatura para luego poder compartirla y disfrutarla” y agrega que “los niños y niñas que han sido expuestos y abrazados con palabras podrán expresar su pensamiento de forma ordenada”.

¿Cuándo y por qué decidiste dedicarte a la mediación de lectura y a formar personas en este tema?

En el año 2011, el Ministerio de educación y cultura, me invitó a participar de diferentes encuentros en torno a la lectura en la primera infancia, en esos momentos nos formaron en torno al tema, y luego nos ofrecieron hacer un curso virtual en Colombia, organizado por el Centro Regional del Fomento del Libro para América Latina y el Caribe (CERLALC). Durante los años 2013, 2014 y 2015, el Cerlalc me convoca para trabajar con ellos en un maravilloso proyecto llamado “Diplomado virtual de Fiesta de la lectura”, en Colombia, como tutora virtual. Desde ese año trabajo y me he formado en torno a la promoción de la lectura en la primera infancia, y desde ese rol he descubierto el placer que siento al leer para y con los otros. Ese descubrimiento me ha permitido recorrer diferentes caminos que nunca hubiera pensado llegar a transitar, que me sorprenden y disfruto día a día. Desde allí nació “Libros del árbol rojo”, en el año 2014. Al trabajar con diferentes países pude conocer y aprender sobre diferentes autores y títulos de libros, la calidad de los libros para niños y niñas y lo importante que es la lectura en voz alta, el contacto con la literatura en los primeros años. Estoy convencida de la importancia que posee la lectura y los lenguajes de expresión artística en los primeros años, para el desarrollo de todas las potencialidades y capacidades de niños y niñas.

¿Cuál es el valor de que se genere un programa de formación de mediadores de lectura que integre todo el territorio nacional?

La lectura es la principal herramienta de adquisición del conocimiento. Es una vía para la inclusión cultural y social y en este sentido es importante construir espacios que involucren a los niños y niñas más pequeños con la oralidad y la literatura. Por lo tanto, es fundamental posicionar la lectura y la primera infancia como un tema medular, porque lo que ocurre en la primera infancia incide para toda la vida. Hay muy pocos espacios destinados a la primera infancia y en general cuando se hace referencia a la mediación lectora se relaciona con el aprendizaje de las letras. Y la mediación lectora no es solamente esto, un programa de formación implica comprender el proceso que encierra ser puente entre el niño, la niña y el libro. Generar espacios y encuentros con la literatura que nos permiten vincularnos con los otros, generar la ocasión de que la lectura, y que esta permita la inclusión de todos los niños y niñas.

¿Cuáles son los temas centrales que se abordaron en el curso “La magia de ser mediador”? Con qué herramientas centrales pretendés que se quede un mediador al finalizar la experiencia del curso?

Los temas medulares son el rol del mediador, la oralidad, la lectura en voz alta, la lectura de imágenes y los derechos en la primera infancia. Creo que lo fundamental es que pueda vincular su experiencia personal. Todos tenemos un camino lector, dice Laura Devetach. Y por esta razón, es importante saber cómo nos hemos vinculado con la literatura, con la lectura en voz alta para luego poder contagiar esa pasión. No podemos contagiar lo que no tenemos y por ello cada mediador debe bucear entre los libros que conoce, entre las palabras que alguna vez le cantaron, o que le leyeron. Habitar la literatura para luego poder compartirla y disfrutarla. Pero primero que pase por el corazón de los mediadores. El curso aborda tres aspectos fundamentales: la lectura en la primera infancia como construcción de sentido a partir de las propias experiencias del niño y de la niña, la valoración del libro como objeto cultural y artístico, y la palabra entregada con afecto a partir de la lectura compartida.

¿Cualquier persona puede ser mediador de lectura? Qué competencias centrales hay que tener o adquirir?

Todos somos mediadores de lectura, en la medida que mediación lectora tiene que ver con la forma cómo acercamos el libro en nuestro rol de transmisores culturales como adultos responsables de dar la bienvenida a los niños y niñas. La mediación lectora es toda aquella acción que invita y acerca a lo escrito, al tiempo que estimula el deseo de leer de forma voluntaria y autónoma. Por lo tanto, es fundamental reflexionar sobre el rol que tenemos al acompañar a cada niño y niña en su recorrido lector, y de cómo nuestras experiencias como lectores determinan este acompañamiento.

¿Qué obtienen los niños y niñas que pasan por esa instancia junto a un adulto que recibió esa formación?

Desde el momento en que se recibe la noticia de que un niño o una niña va a nacer, se inicia su encuentro con la literatura y así comienza ese recorrido de palabras e historias que dependerá en gran medida del modo en que el adulto vincule al niño con los libros. La literatura es el arte de la palabra, pero la palabra no necesariamente está en los libros, está en una historia narrada, en una canción de tradición oral, en los juegos que se escriben en la piel, como en el tradicional juego de dedos. “Este dedo encontró un huevito, este otro lo cocinó…”. Es en la infancia donde se comienza a construir una relación afectiva con la lectura, una relación que también es psíquica y cognitiva, porque al leer cada ser va conformando su pensamiento y también va ampliando su conocimiento. La cercanía con el adulto mediador es fundamental para fortalecer esa relación, porque leerle un libro a un niño es un acto de amor. Hablarle, cantarle, abrazarlo son acciones que nutren y contienen. Envolverlo con palabras será el abrigo afectivo que le permitirá crecer como lector. Al niño le atraerá la sonoridad de las palabras. No es lo que se dice si no cómo se dice, ese transcurrir de la experiencia estética que ocurre al escuchar canciones, rimas, relatos provenientes de la tradición oral y luego de un libro. Todo este material poético le permitirá acompañar sus juegos, explorar ritmos y sonidos, en definitiva, se reconocerá como parte de un grupo humano y de una cultura.

Los niños y niñas que han sido expuestos y abrazados con palabras podrán expresar su pensamiento de forma ordenada, tener un diálogo fluido y coherente. Además, la lectura en la primera infancia fortalece los vínculos afectivos, amplia el vocabulario, fomenta la imaginación, nos ofrece una lengua diferente a la de todos los días. Por lo tanto, podrán acercarse y familiarizarse con el código escrito de forma natural, porque los libros son portadores de lenguaje y necesitamos de ese lenguaje para pensar. En definitiva, además de brindar a los niños un espacio para el disfrute y la exploración de lo imaginario, la lectura tiene un impacto en el desarrollo cognitivo, emocional y psicológico de todas las personas.

¿Qué experiencia como profesional te dejó trabajar con mediadores de lectura de distintos lugares del país?

Trabajar con mediadores siempre es un aprendizaje y una motivación más para seguir abordando los procesos de lectura en la primera infancia. Y lo más importante es que necesitamos tejer redes como mediadores, crear vínculos, relacionarnos con otros. La mediación lectora es en equipo, no es el trabajo de una sola persona, al contrario, contar con muchas personas que deseen contagiar el interés, el disfrute por la experiencia de la lectura se vuelve fundamental. Los libros no llegan solos a los niños y niñas, además de buenos libros, necesitamos buenos mediadores. Los adultos referentes, los padres, los docentes somos los responsables de acercar los libros a los niños y niñas. Estoy convencida que el rol fundamental es el de ofrecer lecturas como abrazo de palabras, porque la literatura nos permite fortalecer los vínculos afectivos. Ese encuentro que se da entre el adulto, el niño y el libro perdura para toda la vida. Si hay un adulto que les lee y los abraza con las palabras, seguramente ellos se muestren interesados y dispuestos a compartir libros y lecturas.

¿Por qué es importante que exista un espacio de formación intensiva como este para mediadores de lectura?

Personalmente considero que es fundamental reconocer la importancia de la lectura en edades tempranas, considerar la lectura como un compromiso social debido a todos los beneficios que la misma conlleva. Resultan necesarias propuestas sostenidas y secuenciadas en el tiempo, que acompañen las transformaciones de los adultos con las prácticas letradas y su papel de mediadores y modelos en esa relación con la oralidad y la lectura.

Una vez que se considera esa importancia, y para esto se debe considerar qué estrategiasqué propuestas (libros, canciones, poemas) adecuadas brindar como adultos responsables. Desde mi experiencia personal, a veces se confunde el hecho de compartir historias con aprender a leer, y no lo relacionan con el cantar o el bailar, o con el observar objetos de arte, por ejemplo. No relacionan la lectura con otros lenguajes verbales y no verbales, y se confunde mediación lectora, con enseñar las letras.

Y esto me lleva al tercer aspecto, que, por ser último, no es el menos importante: la formación de los adultos responsables, tanto padres como educadores. Cuando hago referencia a la formación es que descubran la importancia de la lectura desde la primera infancia. Creo que el desafío está en “enamorar de los libros a los adultos”. Y para ello es necesario leer, disfrutar de ese proceso.

En el marco del programa “Leé para un niño” ofreciste talleres de mediación de lectura a educadoras y educadores ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Cuáles son las principales motivaciones que tienen las personas que eligen pasar por este espacio de formación?

En lo personal, ha sido una experiencia que me ha ofrecido grandes aprendizajes y alimentado esperanzas frente a la mediación lectora en la primera infancia. Este tiempo nos ayudó a construir, de manera colectiva con todas las docentes, una base sólida sobre la cual seguir trabajando en torno a la lectura con los niños y niñas, nuestro principal objetivo.

En general, al inicio del curso, las docentes han manifestado interés por saber cómo leer en voz alta, cómo acercar un libro a un niño, conocer más sobre la literatura infantil en cuanto a textos, pero también en cómo seleccionar esos textos. También surgen dudas como si hay que cambiar las palabras al leer, o si hay que nombrar al autor del libro, porque son niñas y niños pequeños o por ejemplo si se deben leer todo tipo de libros, es decir, si se incluyen libros que hablen temas como la muerte o la adopción.

Entrevista: Moriana Peyrou
Para Fundación Itaú Uruguay


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